Retos del voluntariado en 2013
2 enero 2013
Tomado de: http://www.expoknews.com/2013/01/02/retos-del-voluntariado-en-2013/?utm_source=Copy+of+8+de+Enero+de+2013ok&utm_campaign=08%2F01%2F2013&utm_medium=email
Para el Dr. Alfonso
García Rodríguez,
nuestro Galeno
Raikkonen
Por Emilio Guerra Díaz
Entre algunos de los retos que enfrentará el voluntariado organizado en
2013 se pueden agrupar en varios temas, como: mayor convocatoria de personas
que presten servicio voluntario, mejorar el asociacionismo, fortalecer la
profesionalización del recurso voluntario, diversificar y promover el
voluntariado, evaluar y medir el impacto y comunicación de la acción social
voluntaria. Algunos de estos restos dependerán de la capacidad de las
relaciones OSC-ciudadanía, Voluntariado y Empresas, OSC-gobierno. Veamos por
qué.
En la primera relación, OSC – ciudadanía, el reto principal corresponde
a la capacidad de acción que desarrollen las instituciones en el próximo año
para verdaderamente establecer vínculos con personas que deseen ser voluntarias
en las organizaciones que los necesitan.
Parece trillado, pero en verdad esta es una responsabilidad de las asociaciones civiles de dar cuenta de avanzar en el profesionalismo para elaborar perfiles acordes a sencillas actividades donde los noveles voluntarios se sientan cómodos y puedan empezar a aportar. Si las organizaciones no invierten tiempo en ordenar y sistematizar sus necesidades para recibir voluntarios no podrán avanzar.
Parece trillado, pero en verdad esta es una responsabilidad de las asociaciones civiles de dar cuenta de avanzar en el profesionalismo para elaborar perfiles acordes a sencillas actividades donde los noveles voluntarios se sientan cómodos y puedan empezar a aportar. Si las organizaciones no invierten tiempo en ordenar y sistematizar sus necesidades para recibir voluntarios no podrán avanzar.
Hoy se cuentan con mayores recursos que facilitan cómo iniciar bien un
programa de voluntariado y el portal haces falta se ha convertido en una
extraordinaria herramienta para vincularse al mundo de las ofertas del trabajo
voluntario. Cada semana, con rigurosa disciplina se ofertan áreas de servicio,
no todas son atractivas, pero hay constancia para que la gente consulte el
portal. Ahí se constata que falta ingenio, elaboración atractiva de perfiles y
manifestar qué gana una persona al ser voluntaria dentro de una institución.
Respecto al reto de mejorar el asociacionismo, los protagonistas de este
reto son las propias OSC y los demás sectores. Se requiere alentar aún más una
visión de ganar-ganar, pensando en un bien superior que es el bienestar
comunitario y mejorar las condiciones de la calidad de vida.
No obstante, el asociacionismo podría fluir en fortalecimiento de
asociaciones que trabajan con grupos voluntarios para su profesionalización.
Están Ezer, la Amevol y otros esfuerzos como Causas y alguna que otra red de
voluntariado. Pero formalmente, con sus decorosas excepciones, las instituciones
fortalecedoras de voluntariado necesitan invertir tiempo y trabajo en
consolidar los servicios que dan: las OSC requieren guía y acompañamiento para
fortalecer sus programas, pero también, datos, investigaciones, consejos y
atajos para potenciar la fuerza de la acción social voluntaria que empiezan a
convocar. Se requieren más capacitadores y promotores. Desde ese punto de vista
todos los tipos de voluntariado son necesarios y están sedientos de esos
servicios, de tal manera que las organizaciones fortalecedoras de voluntariado
tienen la oportunidad de apoyar los distintos grupos como voluntariados
públicos (DIF, secretarías, etc.), voluntariado universitario, corporativo,
voluntariados en iglesias, grupos informales como asociaciones de vecinos,
colonos, padres y madres de familia, etc.
Es importante señalar que el asociacionismo, como otros campos del
sector filantrópico, enfrentan un fantasma, un terrible ogro que seduce a gran
parte de los voluntarios, sirenas que endulzan cánticos tentadores. Consejeros,
patronos, gerentes, directivos e incluso consultores y fundadores de
organizaciones caen en la tentación del protagonismo y no sueltan, delegan ni
comparten triunfos. El protagonismo opaca, limita, confronta, debilita y
desvirtúa los esfuerzos por profesionalizar, modernizar y consolidar grupos
voluntarios y organizaciones civiles.
En “Ciudadanía en Construcción” publicaremos, cuando el texto esté
maduro, un artículo especial que compartiremos con la intención de comprender
los aspectos sociológicos que lo explican, pero también las contrapartes que
permitirían superar esos cantos seductores de las sirenas del protagonismo y
avanzar en la consolidación de procesos institucionales.
Respecto al tema del profesionalismo, los involucrados en esta área
indudablemente son: las propias OSC, las asociaciones fortalecedoras,
consultores, universidades y capacitadores. Hay mejores materiales, contenidos,
cursos y más capacitadores. Falta convencer a las propias OSC de que emprendan
el camino de invertir recursos y tiempo en crear y fortalecer sus programas.
A menudo, algunos de los impedimentos que declaran las instituciones que
enfrentan para crear su programa de voluntariado y no obstante que reconocen
que el tema es estratégico, importante y quizá urgente, consiste en que no dan
el paso para designar a un responsable del programa porque no tienen recursos
para pagar un sueldo adicional. En los talleres que ofrecemos sobre creación de
un grupo voluntario con la Fundación Merced ofrecemos varias soluciones y
ejemplos de casos que lograron crear su programa a partir de los propios
recursos que dispone la organización.
Diversificar y promover la participación voluntaria. Toda la sociedad
está involucrada en este tema pero recae mayor responsabilidad en las OSC
nuevamente, porque ellas pueden ofertar atractivas actividades o labores
rutinarias, acciones que enaltezcan el servicio voluntario o que apaguen las
ganas de participar para siempre. Sin embargo se requiere la fuerza de
penetración de medios de comunicación para mostrar casos de éxito, trayectorias
que determinaron una vida de servicio, jóvenes encontrando su razón de ser por
vincularse al servicio voluntario, adultos mayores que concluyeron una vida
laboral, continúan siendo productivos a través del voluntariado, etc.
En el campo de la promoción, en el 2013 inicia prácticamente un nuevo
gobierno que tiene frente a si la oportunidad de fortalecer los vínculos con
sociedad civil. Se han dado importantes avances con los gobiernos panistas,
guste o no, pero hay temas pendientes, entre ellos el promover e impulsar el
voluntariado. Podrían apoyarse como lo está haciendo el gobierno de Peña Nieto,
campañas “Se puede o no se puede” mejorar nuestra comunidad con servicio
voluntario. Claro que sí se puede. México es un país lleno de testimonios,
prácticas e historias que denotan la solidaridad de nuestro pueblo y para que
avance la acción social voluntaria se requiere crear una cultura de donación.
El voluntariado es una excelente oportunidad para afianzar la relación sociedad
civil-gobierno. Podrán fortalecerse los reconocimientos y agradecimientos pero
el accionar en forma voluntaria tiene que ser un hábito en la nación.
En este rubro cabe muy bien el voluntariado corporativo, que
particularmente tiene sus propios retos: fluye por varios causes en los que no
consolida todavía un gran río que desemboque en el océano de la filantropía. La
definición de alcances, objetivos, metas y actividades no les es fácil a muchos
gerentes de empresas a quienes se les asignó el programa. Algunas empresas no
vislumbran las posibilidades benéficas que les podría reportar un buen programa
de voluntariado. Apuestan por realizar actividades que impacten favorablemente
en la imagen y reputación corporativa nada más y por ello eligen actividades de
poco impacto.
Numerosas empresas no destinan un presupuesto especial. Respecto al
tiempo en la que podrían llevarse a cabo las actividades voluntarias muchas
empresas tienen una actitud cicatera y no permiten que la acción voluntaria
ocurra en horas de oficina. Otras corporaciones desean alinear sus programas a
la misión del negocio y a los objetivos de sus programas de vinculación con la
comunidad o propósitos fundacionales, pero requieren apoyo de consultores con
experiencia, que dicho sea de paso, existen pocos con probados resultados y
muchos con nula experiencia pero que se saben vender muy bien. Por ahí anda un
despacho ofreciendo servicios para crear un programa de voluntariado corporativo
donde le advierte a las empresas que una etapa para constituir su programa
consiste en “Prepararse para la frustración” por si no alcanza los resultados,
¡Vaya visión!
Por otra parte, hemos visto, sobre todo en foros y encuentros, cómo
algunas fundaciones empresariales desean abanderar el movimiento de
voluntariados corporativos pero no han dado resultados, les atrae más el
protagonismo que los resultados. Han propuesto encuentros, manuales, grupos de
aprendizaje, etc. pero a excepción de la Fundación Grupo Modelo y su alianza
con Impulsa, se han quedado en buena voluntad.
Evaluar y medir el impacto de la acción social voluntaria. Los
principales involucrados son las propias instituciones pero también la
comunidad, los financiadores y las fundaciones. Cada organización tiene la
oportunidad de transitar por un programa de mejora continua donde la evaluación
es la herramienta principal para corregir y desarrollar mejor su programa. En
pocas organizaciones se tienen herramientas que les faciliten esta tarea amén
del significado que las organizaciones dan a la evaluación: “pasar o reprobar”.
La medición de impacto es al igual de harto compleja, interesante. En el
trabajo de medir la efectividad de la acción voluntaria se tiene la oportunidad
de cosechar éxitos y satisfactores, de generar y revitalizar el círculo
virtuoso de dar y de crecer junto con la comunidad.
La evaluación de impacto escapa, desde el punto de vista del sector
filantrópico, a los indicadores puramente numéricos que son fríos y objetivos.
Este tipo de evaluación se llena de subjetividad: de la vida con la voz y
testimonios de los actores y protagonistas, de los cambios suscitados y las
contribuciones de los participantes. Aún no se tienen suficientes herramientas
ni prácticas de este tipo que muchas veces quedan en lo empírico, pero una vez
que se puedan sistematizar el sector filantrópico y de la acción social
voluntaria será más rico y atractivo. En lo personal enfrentamos el reto de
incorporar en nuestras capacitaciones elementos de evaluación y medición del
impacto de programas de voluntariados.
Comunicación de la acción social voluntaria. Iniciativas de
organizaciones están contribuyendo a dar difusión a las actividades de las
organizaciones civiles como Iniciativa México, Extreme Makeover Latin American
Edition, Movimiento Azteca, etc. pero falta perfilar programas que muestren los
efectos positivos de la acción social voluntaria en las personas y en las
causas en las que participan. Medios de comunicación también están dando difusión
a actividades de voluntariado.
Por lo anterior nos congratulamos y expresamos nuestro agradecimiento a
Expok y su equipo por ser sensibles a reconocer la importancia de este tema, lo
que motivó a abrir este espacio “Ciudadanía en construcción” donde compartimos
estas reflexiones y experiencia de todo tipo de voluntariados. Es y seguirá
siendo en el 2013 una columna colectiva, donde quien así lo desee, puede mandar
su artículo a arsphilanthropia@gmail.com para que sea publicado en este lugar.
Finalmente damos las gracias a los lectores de Ciudadanía en
Construcción deseándoles lo mejor para 2013 y esperando que en la lista de
propósitos incluyan ser voluntario en alguna institución.
Próximos eventos
El Centro Mexicano para la Filantropía ha anunciado que en enero
ocurrirá la presentación con la Fundación ADO de “Voluntariado en
organizaciones sin fines de lucro. Manual para una gestión eficaz”. En este
espacio informaremos lugar, hora y fecha para quien desee nos acompañe.